lunes, 28 de octubre de 2013

Sueño. Brujas y todos los santos.

Digno de mí en mis mejores momentos. Avanzo por un pasillo para enfrentar un espejo, "la imagen en el espejo": demasiado arquetípica e importada (zapatos en punta, escoba, sombrero con hebilla... vestido negro). Me miro, pero mi rostro transmite más tristeza que horror y entonces me digo que no es cierto que sangre ácido como todos piensan... Más bien, podredumbre. Carne podrida, eso es.
Y entonces el mundo onírico convulsiona en otra imagen, ahora más santa o fantasmal o vampírica... Vestido blanco y cabellos ondeados, etéricos, sigue el avance por el pasillo en un sentimiento contradictorio porque volar no puede ser solamente esa carencia de peso que tiene al techo como límite y el móvil de una brisa casual.

sábado, 19 de octubre de 2013

Penumbralgia

No me importa qué diga la luna.
Desde el avistaje que está indescifrable, irónica...
                                                                             penúmbrica.
Ya elegí la negativa y la ausencia y el nunca más.
La paz es un bien demasiado difícil de conseguir
como para sacrificarla al mejor postor.

No, no creo que existas (era lo que ayer pensaba, al menos).
Apenas esa sombra de la Tierra que eclipsa la luna.
Y entonces hoy, ninguna disculpa, ningún encuentro inesperado
(las dos caras de una moneda: Eros y Tánatos).

No me importa qué diga,
                                        construyo mi propio destino.

martes, 8 de octubre de 2013

Futuro apicultor

Pasan los años y siguen los rasgos, la picardía y hasta la risa de bebé. Tres años. En esos tres años, aprendió a hablar sólo por el hastío de tener que comunicarse con adultos... pero adora que le llamen por teléfono y la comunicación se entrecorta porque tiene hormigas en el traste. Hormigas. Los insectos no lo acobardan. En realidad, es difícil inferir si algo le provoca ese efecto. La última hazaña lo llevó a darle un palazo a una colmena. Según los dichos, "venía corriendo a los gritos y las abejas lo seguían... tenía una calentura de novela".  Lo mordieron varias, decía que él las quería matar y las hijas de puta lo mordían.
-No, Fer... Pero no tenés que hacer eso, no tenés que pegarle a las colmenas. -dice la tía, compungida, a través del teléfono.
-Sí.
-No, Fer...
-Pero si es fácil... agarrá' un palo y le pegá.

martes, 1 de octubre de 2013

Al final, esto desencadenó una especie de sincericidio crónico, de hemorragia de franqueza que es necesario contener en alguna forma ordenada antes de que decante, antes de que derrape, antes de que se pierda en la nada.