No quisiera estar en tus zapatos,
con tanta belleza que te queda por superar.
Se fue el año místico y nos dejó su toque...
su claridad, la vocación, la fuerza y el faro.
Una enseñanza: no siempre podemos estar
en el lugar anhelado o, al menos, no siempre
es cuando nosotros lo creemos oportuno.
El paraíso postergado... respiro en el pulmón sureño
respiro y espero, aguardando la lluvia
y, al final de la travesía, encontrarte.
María E.
ResponderEliminarque bueno poder leerte de nuevo!
veo que algunas campanas han sonado, aún en la extrañanza
la canela en el café endulza y susurra que hay algo más allá...
me gustó el poema, encierra el misterio del mensaje interior
besos amiga!
Las campanas no han sonado tanto como hubiera querido, pero dieron un respiro grato...
ResponderEliminarEs un gusto estar en contacto de nuevo! Un abrazo!