miércoles, 24 de octubre de 2012

Hoy llegué a pensar que era por la luna, 
por esa lucha de luz/oscuridad en las energías 
que crecen y decrecen, que se espían y asechan 
como gato colibrí en los límites de un jardín. 

Otra vez los signos. 

           El colibrí ya no volvió, aunque lo espere el néctar que prefería sobre todos las demás del barrio (quizás exagere; de la cuadra, mejor). Se fueron los colibríes y quizás regresen, como siempre regresa la luna llena. Es época de ratitas, del pájaro digo (para seguir fiel a la dicotomía felino/alado, aunque no creo que le haga frente como aquel otro). 

             Y, de paso, una última mención, que también pensé que prefiero no extrañarte sino verte cada día... aunque no me acostumbre a que me estén leyendo con los ojos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario