sábado, 19 de octubre de 2013

Penumbralgia

No me importa qué diga la luna.
Desde el avistaje que está indescifrable, irónica...
                                                                             penúmbrica.
Ya elegí la negativa y la ausencia y el nunca más.
La paz es un bien demasiado difícil de conseguir
como para sacrificarla al mejor postor.

No, no creo que existas (era lo que ayer pensaba, al menos).
Apenas esa sombra de la Tierra que eclipsa la luna.
Y entonces hoy, ninguna disculpa, ningún encuentro inesperado
(las dos caras de una moneda: Eros y Tánatos).

No me importa qué diga,
                                        construyo mi propio destino.

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